viernes, 10 de junio de 2016

La casa infinita

La casa infinita


Podría estar hasta el fin de los tiempos recorriendo esta casa.  Cada vez que paso por una estancia es distinta; la luz del sol, que penetra cenitalmente por lo alto del jardín interior, cambia a cada minuto del día y las estancias se transforman de una forma que parece mágica.


Parece increíble que sólo esté compuesta por 4 MoDULoW de 15m2 cada uno (60m2 en total), con un jardín interior de 12 m2, porque el espacio parece que no tiene fin.  Es posible pasar de una estancia a otra, y de la otra a la siguiente y así hasta empezar de nuevo, sin fin, como si de una cinta de Möbius se tratara.

Al traspasar el dintel de entrada nos encontramos con el salón de planta rectangular.  Una cristalera de considerables dimensiones permite ver el jardín interior.  En el centro del salón se encuentra el mueble de televisión, con el sofá enfrente y una mesita de centro entre ambos.

Si miramos a la izquierda, veremos un pequeño rincón que hace las veces de zona de trabajo, con una mesa acristalada, sillón de oficina y material informático.


Mientras que si torcemos hacia la derecha y atravesarmos el salón llegaremos a la zona de comedor, con una mesa para cuatro, junto al área de la cocina, que comunica directamente con el salón.
 




La separación entre la cocina y el salón se logra con un cambio de dirección, de forma que visualmente queden desconectadas ambas estancias, pero no hay tabique alguno que las separe.  De nuevo, la iluminación y la ventilación vienen aseguradas por una amplia cristalera que comunica con el jardin interior.

 
La cocina cuenta con una encimera en forma de "L", con espacio más que suficiente para el almacenaje y con una pequeña mesa de trabajo, donde realizar las preparaciones de los platos.


Traspasando la puerta que se encuentra al fondo de la cocina, accederemos al dormitorio principal, que cuenta con su propio baño completo.



El dormitorio alberga una cama doble y un armario de doble puerta. De nuevo, como nexo común en toda la vivienda, una cristalera hace las veces de cerramiento y comunica con el jardín interior.



Para  llegar al otro dormitorio deberemos desandar lo andado, volver a traspasar la cocina y el salón.  De nuevo, en el principio del fin de nuestro recorrido, girando a la derecha, entraremos en el dormitorio auxiliar, donde encontramos un mueble litera, un armario ropero y un pequeño escritorio.




Como puede apreciarse, una de las paredes se ha sustituido de nuevo por una cristalera conectada con el jardín interior.
Al fondo de esta habitación tenemos una puerta que comunica con otro baño completo, dotado de tres piezas, al igual que el del otro dormitorio: inodoro, lavabo y ducha con mampara.




De esta forma, el jardín interior se ha transformado en el centro neurálgico en torno al cual transcurre la vida de los habitantes de esta vivienda.


La intimidad está garantizada totalmente, ya que no hay ventanas que comuniquen con el exterior por las fachadas perimetrales.  No obstante, el sol y el viento quedarán cautivados por este recinto central, siendo el propietario quien decidirá si les permite o no la entrada  a su humilde morada infinita.

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